viernes, 27 de noviembre de 2009

Viaje a Petén y a Belice


Estábamos en quinto año y se organizó una travesía por tierra al Petén para conocer las ruinas de Tikal. Hicimos el viaje en un bus del Hall, íbamos uniformados de verde olivo y con nuestro respectivo fusil. Nuestra primera parada fue en Río Dulce en donde nos llevaron en lancha a conocer el Castillo de San Felipe, luego pernoctamos en Poptún y finalmente llegamos a Tikal. Para ese entonces ya se me había arruinado la camarita instamatic porque se me cayó cuando íbamos en cayuco por un río. En Tikal hacía un calor húmedo que casi nos derretía, fue el momento oportuno para que apareciera la hielera y pronto estaba tomando la primera cerveza de mi vida. Era una Gallo bien fría y desde entonces me volví un leal consumidor de esa marca.

Estábamos por emprender el regreso cuando surgió la idea de ir a Belice, que en ese entonces era una colonia británica y en dónde los guatemaltecos no éramos bienvenidos, menos si nos aparecíamos con uniforme militar (en el pasado reciente, varias veces habíamos amenazado con invadirles, por lo que era fácil comprender sus sentimientos contra nosotros). Para evitar problemas nos pusimos ropa de civil (todos llevábamos una mudada) y dejamos las armas en la base de Poptún. Conocer Belice me convenció que lo peor que nos podía pasar era que nos lo devolvieran. Me dio la impresión que allá, nadie trabajaba. Se veía a la gente sentada en los parques, en las aceras, en los bares, literalmente sin hacer nada. Todos hablaban inglés y ninguno de nosotros era lo suficientemente fluido para mantener una conversación. De modo que pasamos los dos días allá comiendo bananas split mañana, tarde y noche, porque era lo que se podía pedir sin mayores complicaciones. Allá oímos por primera vez el reageé y nos encantó esa cadencia. Todos regresamos con al menos un disco de ese ritmo. No quiero imaginar que hubiera pasado si los vecinos beliceños hubieran descubierto que los “turistas” eran en realidad estudiantes de una academia militar.
En la foto estamos en el Castillo de San Felipe, el sargento Ramirez, quien esto escribe, el Capitan Sagastume (a quien menciono en Caballero de la Novia), Búrbano y Guzmán Ovalle

1 comentario:

  1. y todavia sigue siendo igual belice asi que no ha cambiado mucho verdad.

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