lunes, 30 de noviembre de 2009

Recuerdos de la Clausura


En octubre de 1971 nos graduamos los dieciséis que habíamos iniciado quinto año. Nunca antes una promoción se había graduado completa. Esa era una de las metas que nos habíamos puesto y nos esforzamos porque tanto la Víctima (Penagos) como Nery (Oliva) salieran, a pesar que no le ponían mucho empeño a las clases.

Cuando supimos que sí nos graduaríamos, el papá de Rodolfo organizó una fiesta en su casa (ignoro si hubo otras, esa fue a la única que fui), nos dejaron beber y cantar, no hubo chicas, solo nosotros. Recuerdo que llegué bastante mareado a casa.

Aunque era de esperar, no les miento si les digo que estaba bastante nervioso porque no estaba 100% seguro que iba a ser el primer puesto de la promoción; cuando me lo confirmaron, lo compartí con mamá y ella llamó a papá para contarle. También me pidieron que dijera el discurso de despedida de la promoción, lamentablemente no me quedó copia, apenas recuerdo que comenzaba “En el constante devenir del tiempo, se ha cumplido un ciclo más…”

Del acto recuerdo poco, cuando veo las fotos está mamá, mi hermanito y papá con su cámara (es simpático, se ven dos ángulos, de un lado el fotógrafo y papá sale al fondo, y en las de papá, es el fotógrafo el que sale). Como quien dice, papá se robó el show, se veía tan orgulloso recibiendo las felicitaciones.Cuando ya estábamos uniformados de oficiales y desfilamos por última vez hacia la puerta, no pude contener el llanto. Como dicen mis hijas, fueron cinco años que marcaron mi vida, como puede leerse, estos recuerdos ocupan más de medio centenar de hojas, cada una de estas experiencias ayudó a hacerme lo que hoy soy. Aprendí de los buenos ejemplos y traté de no cometer los mismos errores que en algunos vi. Mis padres y mi hermanito compartieron orgullosamente estos momentos, unos de los pocos en los que pude soñar con que en realidad éramos una familia.

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