sábado, 14 de noviembre de 2009

Jorge Argueta


Mayo de 2008. Acabo de leer una esquela que indica que el ingeniero Jorge Argueta Estrada falleció ayer. Según mis cálculos ha de haber tenido 52 años, mis recuerdos me llevan a octubre de 1969, hace casi 40 años.

Estaba terminando tercer año, un año difícil por la presión que nos hacía el negro Martinez Veliz (eso lo cuento en otro apartado). Mis bajas notas en educación física y en mecanografía impidieron que recuperara la bandera del Hall. A López Jiménez le pasó lo mismo, la nota de mecanografía hizo que perdiera la bandera (no es echarle el muerto a la Tere, así le decían al profesor de mecanografía –creo que se llamaba Tereso- pero se paseó en nosotros, los dos mejores alumnos de ese grado).

Cuando anunciaron los resultados, había sacado el primer puesto de tercer año, pero me tuve que conformar con el tercer puesto de todo el Hall y por lo tanto seguir siendo el primer escolta. El nuevo abanderado era Jorge Argueta Estrada y el portaestandarte Jesús Aguirre Loarca, ambos alumnos de primer año. Era una promoción de superdotados, porque de los cuatro escoltas, otros dos eran también de primer año, Ader Soto Arana y Rodríguez. El sexto del grupo era de la doceava promoción, Funes Toledo.

La displicencia de Funes era legendaria, simple y sencillamente, aunque era el más antiguo se desentendió del grupo y me dejó la responsabilidad de hacerme cargo de entrenar, en menos de una semana a cuatro nuevos para que asumieran la responsabilidad de ser los abanderados y escoltas. Quienes más problemas me dieron fueron Soto y Rodríguez, ellos tenían que llevar fusil el día de la clausura y sus físicos no daban para ello (Soto era pequeñito, creo que no llegaba a medir 1.40, el fusil con bayoneta le pasaba en altura; Rodríguez era flaco, más flaco que cuando yo tenía su edad). Ellos pusieron mucho empeño y logramos no hacer el ridículo en esa clausura aunque varias veces sudé frío ante el temor de que no fueran a salirnos las cosas.

Argueta era bastante reservado y del tiempo que compartimos, recuerdo lo que ocurrió un 20 de febrero (día de Tecún Umán). Ese día nos tocaba desfilar desde el parque central hasta el monumento que queda cerca del zoológico, escuchar el repetitivo (lo oí cuatro veces) discurso de un señor de apellido Téllez enalteciendo al héroe nacional, y luego reemprender la marcha hasta el Instituto. Era el desfile más largo de los tres que tradicionalmente realizábamos en un año. Nos obligaban a presentarnos a las cinco de la madrugada y a las siete estábamos en el punto de partida (al costado de la Catedral). Esa mañana noté a Argueta muy pálido, al preguntarle me comentó que su mamá estaba por dar a luz, que apenas si había dormido la noche anterior y que ni siquiera había desayunado. La combinación de desvelo y ayuno le pasó la factura y cuando estábamos de plantón frente al monumento, comenzó a balancearse, claro indicio que iba a desmayarse. ¡Pero él era el abanderado! Cualquiera de nosotros podía caer menos él. En cuanto el comandante del primer pelotón, un teniente de apellidos Gonzalez Taracena (que luego llegó a general y a ministro de la defensa) se dio cuenta, se acercó y comenzó darle golpes en la espalda mientras le amenazaba que si caía, que de una vez abriera un hoyo allí para enterrarse. Yo estaba a su lado derecho y comencé a hablarle para animarlo, pero realmente él estaba mal. Entonces decidí poner mi mano izquierda a nivel de la cintura para que él se recargara en el ángulo que se formaba con mi brazo. Gracias a Dios la estratagema dio resultado y Argueta pudo aguantar hasta que concluyó el acto. Sin embargo cuando reemprendimos la marcha, mi brazo estaba totalmente dormido y a duras penas pude con el fusil. Cuando él me contó que había tenido una hermanita, decidí llamarla María Tecún para recordar el acontecimiento (no creo que le haya gustado mucho, pero nunca me lo dijo).

Al mismo tiempo que yo entraba a la Universidad, Argueta y Aguirre lo hacían a la Escuela Politécnica. Entiendo que, al igual que había pasado con López Jiménez, los envidiosos se encargaron de hacerle la vida imposible pero él no tuvo la suerte de Miguel Ángel de que hubiera becas disponibles, así que dos meses después estaba de vuelta en el Hall, llevando su fracaso a cuestas. Para ese entonces (1972) ya estaban mis primos Carlos Braulio y José Humberto en el Hall y ellos me pusieron al tanto del cambio en comportamiento que estaba sufriendo. Parecía que estaba buscando quién se las pagaba y no quien se las debía. Cuando tuve la oportunidad le escribí diciéndole que recapacitara, que dejara atrás la experiencia en la Politécnica y que volviera a ser el alumno brillante que siempre había sido. Nunca recibí respuesta, pero pasados algunos años me lo encontré (para ese entonces ya era ingeniero y según entiendo piloto aviador), entonces me dijo que esa carta le había hecho recapacitar y cambiar su conducta.

Aguirre sí terminó sus estudios en la Politécnica y siguió como oficial del ejército. En un libro se le menciona como el oficial que lanzó a un famoso comandante guerrillero vivo, al cráter de un volcán en erupción.

Soto fue asesinado, junto con otros estudiantes de ingeniería en un carro que circulaba por el anillo periférico, cuando el gobierno de Lucas desató su represión contra la comunidad universitaria.

De Rodríguez no volví a saber nada.

6 comentarios:

  1. A donde puedo escribirle ?? Me hizo muy feliz leer estas líneas. Jorge Argueta es mi papa, y al igual q Ud., su paso por el hall dejo huella en el. Solia contarme historias de esos años. Gracias por el recuerdo.

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    1. Se trata de Jorge Estuardo Argueta estrada?, yo tuve un compañero de promoción en la escuela de aviación militar de la fuerza aérea Argentina entre 1976/1979

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    2. Sí mi papá estudió aviación en Argentina en esos años, es el mismo :)

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    3. Hola Alejandra fuimos muy amigos con Jorge, de hecho el paraba en mi casa de Córdoba cuando saliamos de franco los fines de semana, mis padres lo querían mucho, desgraciadamente después que egresamos y el regreso a Guatemala, perdimos contacto. Cuando encuentre unas fotos con el te las comparto. Mi WhatsApp es +54-9-2604498698

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  2. Historia que enriquese el legado hallista, tuve el placer de conocer a Ader Adolfo Soto Arana, creo todavia estaba en el instituto cuando lo mataron, fui un par de veces a su casa, su muerte mas me parece, fue porque estaba en el lugar equivocado, con las personas equivocadas. Saludos. 21-141

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  3. Efrain Aguirre Loarca un Sr. Oficial sgto de batallon de la EP. Acaba de morir en el 2017 muy buena persona, el Gral. Taracena acaba de morir acusado de un crimen que conociendolo a el jamas cometio, los otros un solo apellido no ayuda mucho a localizarlos.

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