lunes, 30 de noviembre de 2009

El Orador


Algo tarde pues estaba en cuarto año, descubrí mis dotes de orador, y así gané varios concursos, incluso interescolares. De esas vivencias, la que más recuerdo fue una que sucedió en el Hall, cuando estaba en quinto año, en la que nos enfrascamos en un duelo oratorio con otro compañero, cuyo nombre he olvidado, en el que la polémica despertó tanto el entusiasmo del resto de alumnos que ese gimnasio vibraba como si se hubiera estado disputando alguna final de voleibol o de fútbol de sala.

También seguí con mis dotes de escritor y poeta y entre los concursos que gané fue el del mejor pensamiento, en el certamen para el día de la madre de 1971. Mi pensamiento decía:
Madre, compendio universal de las virtudes humanas
Era para ti mamita querida.

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