jueves, 12 de noviembre de 2009

El Sargento Abundio

Lo veía tan grande, tan moreno y tan malo. Estaba en tercer año pero se veía mayor incluso que los de quinto año. Para mi fue algo así como el Atila chapín, el azote de Dios. El tipo nos odiaba y si hubiera podido, nos hubiera borrado de la faz de la tierra. De él recuerdo tres anécdotas
Una fue cuando decidió castigar a todo primer año. Nos encerró en el gimnasio y comenzó a ordenarnos “a tierra, firmes” ¡Por más de dos horas! Y cuidadito de aquel que no cumpliera sus órdenes, lo agarraba a golpes y patadas. Se le había ocurrido que nos iba a dejar ir hasta que el techo del gimnasio sudara (esto lo hacían en las aulas, cerraban todas las puertas y ventanas y la condensación del sudor, producido por el castigo, hacía que los vidrios de las ventanas se llenaran de vapor y gotas de agua; pero era imposible que esto pasara en el gim, por supuesto que no podía esperarse que Abundio entendiera esas cosas). De pronto el castigo cesó. Y no pueden imaginar la razón… Uno de mis compañeros llevaba un cachorro de perro dentro de la mochila y cuando el sargento escuchó sus ladridos, se conmovió por el animalito y gracias a él nos perdonó.

Otra fue para mi primer arresto. Acababan de entregar notas de exámenes, y la mayoría tuvo que llegar el fin de semana por haber perdido clases, unos pocos llegamos por otras faltas (se me ha olvidado por qué estaba arrestado). A los arrestados por clases los ponían a estudiar, los que estábamos por faltas de disciplina teníamos que hacer algún castigo físico. No éramos más de diez y entre ellos estaba Abundio (¿les conté que él no se llamaba Abundio, su padre se llamaba así). La tarea que nos pusieron fue la de derribar unos muros del antiguo edificio y que luego se convertiría en el internado. El tipo era un espectáculo dándole con la almáciga hasta destruir la pared, se notaba el placer que estaba sintiendo en destruir algo. Excuso decirles que el más enclenque de todos era yo (en ese momento he de haber medido como 1.65 y pesaba menos de cien libras; no exagero al decir que se me veían las costillas). Entonces, como con mis golpes no hubieran derribado la pared ni en cien años, me pusieron a llevar el ripio en una carretilla. Y allá iba, pariendo, empujando la carretilla cuyo contenido era más pesado que yo, y provocando las carcajadas de los antiguos cuando me veían pasar.

La tercera ocurrió para las olimpiadas. Una vez al año, durante una semana, se disputaban competencias de atletismo y deportes de conjunto en los que competían los diferentes grados entre sí. En boxeo de peso completo Abundio disputó la final contra un antiguo de quinto año. Hubieran visto ese gimnasio cuando fue la pelea. Estaba abarrotado, pero sobre todo por estudiantes de primer año vivando al contrincante de Abundio. A lo lejos recuerdo que fue una pelea salvaje en la que corrió sangre y que finalmente, para regocijo de nosotros, los explotados de primer año, perdió Abundio. Obvio decir que el desgraciado se desquitó castigándonos y pegándonos por varias semanas.

1 comentario:

  1. Un momento!!! Mantry Garcia Coronado!!! La misma hiel es todavía dulce, comparado con ese hombre!!! Tenia una voz de mando, que se oia desde la entrada hasta la capilla!!! Ese hombre aparte de quebarme los dos dedos gordos de los pies, puso el miedo de Dios en mi!!! Acido, amargo, más bravo que una chichicua!!! Comia alacranes de desayuno con aceite 20-50 de jugo, y de almuerzo bien que se tragaba un par de tarantulas de postre!!! Ese le daba penca a uno porque era miercoles o lunes, o martes o cualquier día de la semana!!! El Gangis Khan de Guate!!! Y a mi no se me quedaba el movimiento de Tercien Armas.....ay tata!!! Eran momizss diarias!!! consecutivas y profundas!!! a diestra y a siniestra!!! Hasta que un día pregunto que queria un album para un trabajo que tenia.....Ja!!! al llegar a la casa, me puse a buscar un album que había hecho en 6to grado, que tenia como cobertura una piel de leopardo!!! Y se lo dí al día siguiente...Se comenzo a sonreir, pero se le estába quebrando la cara y decidio fruncirla de nuevo....de ahí en adelante las pijizas mermaron un poco, ya no eran diarias, si no semanales!!!

    Una vez que estabamos en el campo de Marte para el 30 de Junio, el sgto encargado de la EP se quedo todo avergonzado, porque Mantry sobre paso en como un millon de decibalos en los comandos de voz!!!

    Se hiso abogado, no se más de el, si alguien lo conoce, diganle que me devuelva mi album.

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