lunes, 16 de noviembre de 2009

Talentos y puntos

También estaba en segundo cuando canal 7 lanzó al aire un programa en el que alumnos de diferentes instituciones de secundaria acudían a concursar e iban acumulando puntos con cada triunfo (como si fuera un campeonato de fut) hasta llegar a la gran final. Cuando escogieron al equipo que defendería el honor del Hall, la mayoría eran alumnos de tercer año, pero nos incluyeron a López Jiménez y a mi. Al contrario de los malos, que eran liderados por Granados, estos eran los buenos (recuerdo que estaban mi centenario, Ellezingue, el loco García Villavicencio, el negro Avilés, Cordero, etc.) Fuimos a competir como seis o siete veces y siempre ganamos, de manera que nos clasificamos a la gran final (estoy tratando de hacer memoria contra quienes nos enfrentamos, estoy casi seguro que fue contra el Liceo Guatemala). Esta se celebró en noviembre (ya habían concluido las clases) y para los amigos de tercero tenía un significado especial porque la mayoría de ellos ya no seguiría en el Hall pues pasaría a la Politécnica. De manera que decidieron excluirnos a López y a mi del equipo que competiría ese día. López ni llegó, yo sí por aquello que faltara alguno y tuviera que completar el equipo. Sin embargo todos llegaron y me tocó estar atrás, casi como espectador. Ambos equipos llegaron empatados hasta la última pregunta de la noche. Casualmente preguntaron algo de historia que yo sí sabía. Hubiera querido gritar la respuesta en nombre del Hall pero no podía, así que tuve que tragarme la frustración cuando mis compañeros contestaron equivocadamente y los del Liceo se llevaron el triunfo.

En el camino de regreso no había quien me aguantara, les fui echando en cara que yo sí sabía la respuesta en un abierto reclamo por haberme excluido del equipo en la final. Fue tanto mi enojo que me negué a competir en años subsiguientes.

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