martes, 17 de noviembre de 2009

Ganando Conta con Chivo

Esta anécdota me recuerda aquel dicho de que “no hay que escupir al cielo porque te cae en la cara”. Estaba en tercero y el león dormido nos estaba dando contabilidad. De la bendita clase, no entendía nada, eso del debe y el haber era peor que filosofía etrusca para mí. Mal que bien y con la ayuda que nos dábamos todos, fui pasando los parciales, pero venía el temido final en donde no iba a ser Zea Ruano el que nos cuidara y yo seguía tan ignorante de esa materia como el primer día que la había recibido. Así que decidí tomar una medida heroica: la iba a ganar usando chivo. Me pasé incontables noches haciendo diminutas fichas con las partidas contables típicas, y llegado el día, confieso que las usé. Recuerdo que cuando alguno de mis compañeros se declaró sorprendido por mi acción le dije que de todas formas “esa era la última materia que iba a necesitar saber en mi vida”.

En 1982 me estaba graduando de Contador Público y Auditor…

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