Otra de las cosas que se decía ayudaba a garantizar el ingreso, era tomar un curso preparatorio impartido por las tardes en un colegio que se llama Don Bosco. Los profesores daban clases en el Hall y se suponía que por eso nos ayudarían a ganar el examen de admisión. Éramos como doscientos y del Austriaco sólo estábamos dos, el Coco y yo y para colmo de males, con el Coco nunca habíamos sido amigos, así que en los recreos me mantenía apartado porque no conocía a nadie y siempre se me ha hecho difícil el hacer amigos.
A varios compañeros los llegaban a recoger sus papás, entre ellos a Carlos Peña, Peñita, quien años después llegaría a general.
miércoles, 11 de noviembre de 2009
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